El saber es por si mismo una construcción, así lo concibe la fenomenología, dinamizado en el contexto de la escuela, por su naturaleza intencionada (Husserl, 1996). Así mismo se asume la realidad. Es la asunción del sujeto, como entramado complejo de significados y significantes.
La invitación a conocer, es la extensión hacia la comprensión del sujeto, del encuentro con él mismo, con la realidad, en un contexto de diálogo recurrente, un una compleja dialéctica.
Aprender, implica conocer, es un viaje hacia diversos destinos, o hacia ningún lado. Se izan las velas de la curiosidad, motores del deseo de crecer. Soplan los vientos del conocimiento, se define el norte que cada quien desee, incluso uno mismo puede ser su propio norte.
Cuando esto sucede, el saber te roza la piel, te emociona, el júbilo del descubrimiento es significativo, te sientes ser, significado y significante.